martes, 12 de mayo de 2009

una canción

"Una tarde de comienzos de diciembre recibió un mensaje de teléfono. Su amiga estaba trabajando en la estación de trenes, y le preguntaba si estaba libre para llevarle un par de calcetines. (Quiero decir que ella le pedía algo tan íntimo a él, con quien sólo había compartido dos o tres cervezas y cuatro o cinco sonrisas.) Los suyos se habían empapado con la inesperada lluvia y temía enfermar, pues no podía secarlos ni descalzarse en la estación, que era como una embajada de la Antártida. Él necesitaba correr y corrió, y le llevaba además una canción. Le colocó los auriculares con cariño torpe, pulsó un botón y comenzó a sonar "El sitio de mi recreo". Ella la escuchó agachada, con los ojos abiertos y una camiseta verde, y durante casi cuatro años ninguno de los dos volvió a sentir frío en los pies."

(Fermín Bergia, El hombre del tiempo, Aranjuez, Los libros de la gente, 2oo4, p. 72).

domingo, 10 de mayo de 2009

sensaciones líquidas

(Chicago, 4 de abril de 2oo9)

"En junio de 1991 Samuel Soriano terminó la Educación General Básica, el octavo curso, lo que entonces todavía se conocía como “el colegio”. Acababa de cumplir catorce años. Sus padres discutieron con él diversas posibilidades para su futuro inmediato, posibilidades que incluían el acceso directo a la universidad, desde luego, pero también escuelas privadas en Estados Unidos o en Holanda, un centro de investigación en Barcelona, colegios especiales para niños superdotados. Durante tres semanas, durante cada una de las noches de las tres semanas siguientes a la conclusión de la E.G.B., Samuel no fue capaz de dormir, o sí, pero cuando dormía sus sueños se poblaban de sensaciones líquidas y Samuel se despertaba en mitad de la noche mareado y atónito, como si acabara de sobrevivir a un naufragio. Pensaba: no quiero ser diferente. Pensaba: no quiero madurar, no quiero crecer, no quiero que mi situación se modifique. Pensaba: no quiero dejar el colegio. Pensaba: ojalá fuera un mal estudiante y hubiera repetido este curso, para no tener que decidir, para no tener que decidir ahora. Pensaba: me gustaría ir a un instituto público con el resto de los chicos y chicas de mi edad, y que no hubiera ninguna otra posibilidad. Pensaba: no quiero morirme nunca, no quiero que nadie muera nunca, no quiero saber qué cosa es la muerte. Pensaba: todavía no he hecho en mi vida nada que merezca la pena.
[...]"

(Miguel Serrano Larraz, Órbita, Candaya, Canet de Mar, 2oo9.)
Órbita se presenta en la librería madrileña Tres Rosas Amarillas el 19 de mayo.